domingo, 12 de junio de 2016



La sal de mesa refinada, que consumimos actualmente, poco tiene que ver con la sal cristalina natural. Cualquier parecido es inexistente, Junto con el azúcar refinado, está considerado uno de los "venenos blancos". La sal se añade para realzar el sabor de los alimentos, y actúa también como conservante. En la antigüedad, la sal se usaba para pagar, de ella se deriva la palabra salario. 
Poca gente sabe que, la composición de la  sangre es prácticamente idéntica, al agua salina del mar de hace millones de años, es decir, nuestra sangre contiene los mismos elementos que tenía el mar antiguo.

¿Qué es la sal de mesa refinada?

El componente principal es cloruro sódico, es decir, cloro y sodio. Al que hay que añadir el yodo y el flúor, minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal. Se le añade el yodo que se supone mejora la función de la tiroides, y el flúor dicen que es bueno para los dientes. Pero no olvidemos que la sal de mesa, contiene conservantes cuya declaración en los envases, no es obligatoria. El carbonato de calcio, el carbonato de magnesio y los números E de las etiquetas, aditivos naturales o sintéticos (químicos) que se añaden a los alimentos como por ejemplo: E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570, E-572 así como el hidróxido de aluminio, para evitar que la sal se apelmace.

La OMS recomienda que los adultos no superen los 6 gramos de sal al día, o lo que es lo mismo 2'4 gr. de sodio. En las etiquetas de los alimentos vienen los gramos de sodio. Si los multiplicas por 2'5 sabrás la sal que contienen.
Para los niños de 7 a 10 años, el límite es 4 gr, o 1'6 gr de sodio. Y los menores de 7 años, 3 gr de sal o 1'2 gr de sodio.
Muchas personas abusan de la sal en sus comidas. Si el abuso de sal se realiza de forma habitual, o si el organismo no puede eliminar el exceso, las consecuencias pueden ser muy graves.

Consecuencias del consumo excesivo de sal

Antes de hablar negativamente de la sal, diré a su favor que, el sodio es un mineral necesario en nuestro cuerpo y que una carencia también conlleva consecuencias negativas como: bajo volumen sanguíneo, baja presión arterial, calambres musculares, debilidad, mala memoria y concentración, deshidratación y acidosis. Pero el problema está cuando abusamos.

Primer problema: retención de agua y acumulación de toxinas. Lo que provoca problemas estéticos, mayor incidencia de edemas, de varices y arañitas en las piernas, así como ojeras y celulitis, aumento de peso u obesidad.
También aumenta el riesgo de hipertensión arterial, que puede provocar problemas de corazón (infarto de miocardio). Problemas gástricos: gastritis, úlceras de estomago. La sal produce un efecto muy negativo en dos de los genes de la bacteria Helicobaster Pylori, responsable entre otras cosas de las úlceras de estomago.
El consumo excesivo de sal se ha asociado también a enfermedades tan graves como cáncer de estomago, y la osteoporosis (un alto consumo de sal aumenta la excreción de calcio por la orina, lo que favorece la desmineralización del hueso)

Y quizás estés pensando, yo no le echo sal a la ensalada, al pescado o hasta a la carne. Pero ¿te has parado a pensar en la cantidad de alimentos preparados que llevan sal, como conservante?

Muchos aditivos como el Glutamato monosódico o E-621 (potenciador del sabor), que se utiliza mucho en la cocina oriental, contiene mucho sodio. Este aditivo es muy común en las aceitunas rellenas o con sabor a anchoa, croquetas de jamón, sopas de sobre, gusanitos, pizzas, cubitos de caldo y salchichas, entre otros muchos.

La mayoría de alimentos frescos no contienen sal, algunos presentan sodio de forma natural; es el caso de las vísceras, o el marisco. Pero hay muchos alimentos que poseen gran cantidad de sodio oculto en su composición.

¿Qué alimentos contienen sal?

Platos preparados, embutidos, fiambres, cereales para desayuno, galletas, tortitas de cereales, patatas fritas de bolsa, anchoas en conserva, aceitunas rellenas de anchoa, queso curado, atún en aceite vegetal, soluble de cacao, pan de molde, pan común, kétchup, alubias de lata, ensaladilla rusa, lasaña congelada, croquetas de jamón congeladas, productos de aperitivo, sopas de sobre, paté de cerdo, pizzas refrigeradas, palomitas para microondas, mantequilla, margarina...

Se consideran alimentos con una cantidad elevada de sodio aquellos que presentan más de 500 mg por cada 100 gr de alimento, equivalen a un 1'3 % de sal. Es recomendable que si queremos estar sanos, moderemos el consumo de alimentos con más de 1'3 % de sal. Y más todavía quienes padecen hipertensión o problemas cardiovasculares.

Conviene comprobar cuanta sal contienen los alimentos. Y son recomendables, los que en cuya etiqueta se puede leer: Bajo contenido de sodio/sal. Menos de 0'12gr de sodio por 100 gr o 100 ml de producto.
Muy bajo contenido de sodio/sal. Menos de 0'4 gr por 100 gr. Sin sodio o sin sal. Bajo en sal, puede disminuir la tensión arterial. También podemos encontrar el Sello de la Fundación Española del Corazón. 

También es necesario que la industria alimentaria busque soluciones e investigue nuevas formas de conservar los alimentos sin utilizar componentes que perjudiquen nuestra salud.

¿Cuál es el mejor tipo de sal?

En el mercado encontramos mucho tipos de sal.

-Sal de mesa, la más común y la protagonista de este artículo. Deriva de un proceso de refinamiento.
-Sal marina o sal de mar sin refinar: es la derivada de la evaporación del agua de mar.
-Flor de sal: es uno de los tipos más delicados y costosos. Posee mayor cantidad de yodo natural en su composición.
-Sal de guérande: es de color gris, no contiene aditivos industriales. Tiene mayor contenido en oligoelementos como el yodo, el magnesio y el cobre,
-Sal negra: es un tipo de sal poco refinado.
-Sal glutamato monosódica: potenciador del sabor, muy usado en la industria alimentaria. Puede generar alergias.
-Sales aromatizadas: encontramos sal de ajo, de cebolla, de apio, es la misma sal común a la cual se le añade sabor y aroma.
-Sal yodada: es la sal enriquecida con yodo.
-Sal liviana en sodio: es la que yo utilizo, contiene menos sodio que la sal común.

No hay, en esencia, una mayor diferencia para la salud entre el uso de una y otra.

Algunas sugerencias

-Comer más alimentos frescos, lo más naturales posibles que contienen menos sodio.
-Reducir el consumo de los más ricos en sodio.
-Ojo con el pan.
-Reducir el empleo de sal cuando cocinamos.
-Reducir el empleo de salsas como mayonesa, mostaza, salsa de soja o kétchup.
-Si comes fuera, pide que te sirvan la comida con poca sal.
-Haz cocciones al vapor.
-Utiliza hierbas y especias como: perejil, albahaca, cebollino, comino, pimienta, zumo de limón y vinagre
-Ten siempre a mano productos bajos en sodio.
-Emplea sal de bajo contenido en sodio.
-Aprende a distinguir entre sal y sodio.
-Calcular el aporte de sodio por ración y recordar que la cantidad máxima recomendada es menor de 3 gr de sodio al día o menor de 6 gr de sal al día.

Si has leído este artículo, quisiera haber despertado tu interés por cuidar tu alimentación, pues es la base de tu salud y espero que a partir de ahora, no consumas sal en exceso. Hazlo con moderación.

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