jueves, 27 de marzo de 2025

En primavera la vida renace


Llega el florecer de los árboles, de las flores, vuelve a brotar la vida en la tierra, se disfrutan de más horas de luz, dejando atrás el recogimiento y el frío del invierno. Esta estación nos invita no solo a disfrutar de la naturaleza, sino también a cuidar de nuestro cuerpo. Es un buen momento para darle un respiro al sistema digestivo, especialmente para limpiar y revitalizar el hígado. 

La clave de una depuración hepática está en reducir nuestra carga tóxica. Liberar al organismo de excesos acumulados y toxinas es una manera de autosanarse.

La naturaleza, sabia como siempre, nos regala en primavera una abundancia de alimentos frescos, llenos de vida, como hojas verdes, frutas, raíces y semillas. Estos alimentos no solo están en su punto óptimo, sino que también conservan toda su vitalidad, enzimas y nutrientes.

Prioriza la alimentación natural 

Los vegetales crudos o poco cocinados son pilares fundamentales en una dieta depurativa. Conservan intactos sus nutrientes esenciales y nos ayudan a sentirnos saciados. Además, poseen la fuerza vital que les ha dado la tierra. Sin embargo, si los vegetales crudos no te sientan bien, puedes optar por métodos ligeros como el vapor. Adereza con plantas frescas, hierbas aromáticas y un buen aceite de oliva en crudo para potenciar su efecto depurativo.

En estos días de limpieza, es importante dejar de lado hábitos poco saludables como el tabaco, el café, o el alcohol y retirar los ultraprocesados y azúcares refinados. Además de incluir ejercicio moderado adaptado a nuestras necesidades.  A cambio, podemos introducir ingredientes que apoyen al hígado en su proceso natural de desintoxicación.

Alimentos que cuidan tu hígado

-Kale: Rica en antioxidantes y clorofila, ideal para eliminar toxinas.

-Cítricos: Su vitamina C y flavonoides potencian la actividad hepática.

-Chucrut: Un fermentado lleno de probióticos, que favorece la salud intestinal y, por extensión, la función del hígado.

-Apio y nabo:  Estimulan el flujo de bilis, esencial para la desintoxicación.

-Espinacas: Altas en antioxidantes que protegen y regeneran el hígado.

-Frutos rojos: Como arándanos, frambuesas, moras, fresas, cerezas, madroños, grosellas, llenos de antocianinas y antioxidantes que combaten el daño oxidativo.

-Aguacate y germinados: Ayudan a la producción de glutatión, un antioxidante clave para la salud hepática.

-Remolacha: Su betaína reduce la acumulación de grasa en el hígado.

-Piña, cúrcuma y jengibre: Aliados antiinflamatorios que optimizan su función

-Coliflor: Rica en compuestos azufrados que activan enzimas detoxificantes.

Una llamada a cuidarnos

La primavera no es solo una estación de renovación para la naturaleza, sino también para nosotros mismos. Aprovecha este momento para nutrir tu cuerpo con alimentos llenos de vida y darle al hígado el descanso que se merece.  Un estilo de vida más consciente comienza con pequeños cambios, que, poco a poco, transformarán tu bienestar.

Si quieres aprender más sobre cómo incorporar estos alimentos en tu día a día, te invito a participar en mis talleres de cocina saludable, antiinflamatoria, y sin gluten. Descubre recetas deliciosas, fáciles de preparar y diseñadas para cuidar tu cuerpo mientras disfrutas del proceso. Te invito a formar parte de nuestra comunidad Alimentació Conscient. Nos reunimos una vez al mes. Contacta conmigo para descubrir todo lo que voy preparando: talleres, recetas, consejos...

Y me despido con esta cita: "Lo único que sé con certeza es que lo que das vuelve a ti".


 

sábado, 11 de enero de 2025

 Hábitos antiinflamatorios: Comienza el año con bienestar

Cada inicio de año, las redes sociales se inundan de listas de buenos propósitos para empezar con buen pie. Pero, ¿Qué tal si este año te enfocas en algo que realmente puede transformar tu salud y felicidad? Te propongo una lista de hábitos antiinflamatorios que, aunque no sientas inflamación, te ayudarán a sentirte  más sano y feliz. 

No necesitas adoptar todos estos hábitos de golpe. Elige uno que te llame la atención o que creas que más te beneficiará.  Recuerda,  los pequeños pasos constantes en tu día a día se convierten en grandes logros. ¡Así que empezamos!


  • Movimiento

  • Ayuno 

  • Hidratación

  • Alimentación antiinflamatoria

  • Microbiota saludable

  • No alcohol y no tabaco

  • Vitamina D y Grownding (poner los pies en la tierra)

  • Baño con sales de magnesio

  • Gestión del estrés

  • Sueño de calidad

  • Contacto con la naturaleza

  • Mantener una postura adecuada


Movimiento: El ejercicio regular es fundamental para mantener una buena salud y reducir la inflamación. Actividades como caminar, nadar, practicar yoga o hacer ejercicio de fuerza ayudan a mejorar la circulación, fortalecer el sistema inmunológico y reducir los marcadores inflamatorios en el cuerpo.

Intenta moverte al menos 30 minutos al día y encuentra el ejercicio que mejor se adapte a lo que necesitas.



Ayuno: El ayuno intermitente puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud metabólica. Por ejemplo, puedes empezar por 14-16 horas de reposo o descanso sin comer para empezar a notar sus beneficios. 


Hidratación: Mantenerse bien hidratado es esencial para la salud general y para reducir la inflamación. El agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y a mantener las funciones celulares óptimas. 


Alimentación Antiinflamatoria: Se trata de comer alimentos reales no productos procesados. Prioriza aquellos alimentos con propiedades antiinflamatorias como las frutas, verduras, pseudocereales, proteínas de calidad, grasas saludables y especias antiinflamatorias, que son ricos en nutrientes esenciales y antioxidantes. Evita los productos ultraprocesados y los azúcares. Si todavía no formas parte del grupo alimentación consciente, solo has de decírmelo. Nos reunimos una vez al mes, cocinamos y aprendemos unos de otros.


Microbiota Saludable: Mantener una microbiota intestinal saludable es crucial para reducir la inflamación. Consume alimentos ricos en probióticos, como el yogur, el kéfir, el chucrut. También es importante incluir prebióticos en tu dieta, como la fibra de frutas, verduras y granos enteros, que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino.


No alcohol y No tabaco: El consumo de alcohol y tabaco pueden aumentar la inflamación en el cuerpo. Reducir o eliminar estos hábitos puede tener un impacto significativo en tu salud general y en la reducción de la inflamación. Busca apoyo si necesitas ayuda para dejar de fumar o dejar de consumir alcohol.


Vitamina D: La vitamina D juega un papel importante en la regulación del sistema inmunológico y en la reducción de la inflamación. Puedes obtener vitamina D a través de la exposición al sol, alimentos como el pescado graso y los huevos, o suplementos. Consulta con un profesional de la salud para determinar si necesitas un suplemento de vitamina D.


Grounding: El grounding, o contacto con la tierra, implica caminar descalzo sobre superficies naturales como la hierba, la arena o la tierra. Se cree que este contacto directo con la tierra puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar el sueño, y aumentar el bienestar general. Intenta pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza siempre que sea posible.


Baño con Sales de Magnesio: Los  baños con sales de magnesio pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor muscular. El magnesio es un mineral esencial que juega un papel en muchas funciones corporales, incluyendo la relajación muscular y la reducción del estrés. Añade una taza de sales de Epson en tu baño y relájate durante 20-30 minutos. 


Gestión del estrés: El estrés crónico puede aumentar la inflamación en el cuerpo. Practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga puede ayudar a reducir el estrés y la inflamación.


Sueño de Calidad: Dormir bien es esencial para la salud general y para reducir la inflamación. Intenta mantener una rutina de sueño regular y asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche.


Contacto con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar el bienestar general. Intenta pasar tiempo en parques, bosques o cerca de agua siempre que sea posible.


Mantener una postura adecuada: Evitar malas posturas y realizar ejercicios de estiramiento puede prevenir la inflamación relacionada con el estrés.


Te animo a que elijas uno de estos hábitos y lo integres en tu vida. Observa cómo te sientes. La clave está en la constancia. Cada pequeño paso que tomes cuenta y, con el tiempo, estos hábitos se convertirán en una parte natural de tu rutina diaria.


Como dijo Mahatma Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Empieza por ti mismo y verás cómo todo a tu alrededor también mejora.


Para más información y recursos sobre hábitos antiinflamatorios, puedes contactar conmigo para ver lo que más se adapta a tus necesidades. Si conoces a alguien a quien esta información puede ayudarle, compártela. Todo lo bueno que nos llega a nuestra vida, hay que compartirlo.

Gracias por leerme.